lunes, 29 de julio de 2013

Peritonitis: causas y prevención.

 La peritonitis tiene sus causas principalmente en nuestros malos hábitos alimenticios. Y se puede padecer a cualquier edad. Desde niños a adultos entre 5 y 40 años con mayor frecuencia. Recuerdo el caso de un niño de 10 años que fue hospitalizado y operado por esta causa, sus padres, uno de 28 y el otro de 33 años estaban acostumbrados a no consumir frutas y verduras en su alimentación pero si a frecuentar las "garnachas", las frituras, las botanas casi como su alimentación base y al niño todo tipo de alimento y dulces industrializados: chocolates, gomitas, refresco, panes, etc, que al final tuvo que desembolsar más de treinta mil pesos al hospital por dicha operación. Quizá muchos de nosotros no tengamos dicha cantidad de ahorro o sobrante para utilizarlo en una operación eventual de este tipo, y es por ello que te comparto la manera en se sugiere prevenir la peritonitis:
 Es una inflamación (irritación) del peritoneo, el tejido delgado que recubre la pared interna del abdomen y cubre la mayoría de los órganos abdominales.
La peritonitis espontánea en general es causada por infección de ascitis, una acumulación de líquido en la cavidad peritoneal que usualmente ocurre a raíz de enfermedad hepática o renal grave.
Los factores de riesgo para la enfermedad hepática abarcan consumo excesivo de alcohol y otras enfermedades que llevan a cirrosis, como la hepatitis viral crónica (hepatitis B o C).
La peritonitis espontánea también se presenta en pacientes sometidos a diálisis peritoneal por insuficiencia renal.
La peritonitis también puede ocurrir debido a inflamación, infección o lesión de los intestinos. Los ejemplos abarcan apendicitis o diverticulitis.

La peritonitis secundaria tiene algunas causas principales. Las bacterias pueden ingresar al peritoneo a través de un orificio (perforación) en el tubo digestivo. Dicho orificio puede ser causado por un apéndice perforado, una úlcera estomacal, un colon perforado o una lesión, como una herida por arma de fuego o una herida con cuchillo.
La peritonitis secundaria también puede ocurrir cuando la bilis o los químicos secretados por el páncreas (enzimas pancreáticas) se filtran hacia el revestimiento de la cavidad abdominal.
Los contaminantes extraños también pueden causar peritonitis secundaria si penetran en la cavidad peritoneal, lo cual puede ocurrir durante el uso de catéteres para diálisis peritoneal o sondas de alimentación.
La inflamación de la cavidad peritoneal causada por bacterias puede ocasionar infección del torrente sanguíneo (sepsis) y enfermedad grave.
La peritonitis secundaria también puede afectar a los bebés prematuros que tengan enterocolitis necrosante.

Es importante seguir buenos hábitos de nutrición:

* Comer alientos antioxidantes, esto incluye frutas (tales como las ciruelas, cerezas y tomates) y verduras (tales como chayote y pimientos).
* Comer alimentos ricos en vitamina B y calcio, tales como las almendras, habichuelas, granos (si no causan alergia), hojas verde-oscuras (como la espinaca y la col rizada) y vegetales marinos.
* Evita los alimentos refinados, tales como el pan blanco, las pastas y especialmente el azúcar.
* Come menos carnes rojas y más carnes magras, pescado de agua fría, tofu (soya, si no eres alérgico), o habichuelas para proteína.
* Usa aceites saludables en las comidas, tales como el aceite de oliva o aceite vegetal.
* Evita la cafeína y otros estimulantes, alcohol y tabaco.
* Bebe de 6 a 8 vasos de agua filtrada al día.
* Pregunta a tu doctor sobre tomar multivitaminas a diario, que contengan las vitaminas antioxidantes A, C, E, las vitaminas del complejo B y trazas minerales como el magnesio, el calcio, zinc y selenio.
* El suplemento probiótico (que contenga Lactobacilo acidófilo), de 5 a 10 UFCs (unidades formadoras de colonias) al día, para la salud gastrointestinal y del sistema inmunológico. Los probióticos puden ser útiles cuando se toman antibióticos, ya que los probióticos pueden ayudar a restaurar el balance de "buenas" bacterias en los intestinos.
Jugos
Este jugo no pretende sustituir ningún medicamento pero es altamente recomendable para tu vigor y salud en general, junto con un cambio de malos hábitos alimenticios. En cuerpos muy intoxicados puede causar un poco de mareo o vomito.
Licuar y tomar en ayunas:
-Jugo de 3 limones
-1/4 de cebolla morada
-2 dientes de ajo
-2 ramitas de apio
-1 ramita de perejil
-1/2 betabel
-2 cdas. de salvado
-2 cdas. de germen de trigo
-1 1/2 vaso de agua
-miel al gusto

Hierbas

Las hierbas por lo general son una forma segura para fortalecer y tonificar el organismo. Así como con cualquier terapia, consulta con un experto para obtener un diagnóstico para tu problema antes de comenzar cualquier tratamiento. Puedes usar hiberbas como extractos secos (cápsulas, polvos, tés), gliceritas (extractos de glicerina o tinturas (extractos de alcohol).

A menos que sea indicado lo contrario, debes hacer tés con una cucharadita de hierba por taza con agua caliente. Remoja de 5 a 10 minutos para las hojas y flores, y de 10 a 20 minutos para las raíces. Bebe de 2 a 4 tazas al día. Puedes usar tinturas o en combinación como se destacó.

Las hierbas pueden usarse como terapia de apoyo cuando estás recuperándote de la peritonitis, pero no uses las hierbas solamente para tratar la peritonitis. Pregunta a tu médico antes de tomar cualquiera de las hierbas listadas abajo.

* Te verde (Camellia sinensis)
Extracto estandarizado, 250 a 500 mg diarios, para efetos antioxidantes, antiinflamatorios y para la salud del corazón. Usa productos libre de cafeína. También puedes preparar tés con las hojas de esta hierba.

* Uña de Gato (Uncaria tomentosa)
El extracto estandarizado, de 20 mg tres veces al día, para reducir la inflamación. La Uña de Gato también tiene propiedades antibacteriales y antihongos.

* Hoja de Oliva (Olea europaea)
El extracto estandarizado, de 250 a 500 mg de una a tres veces al día, para efectos antibacteriales y antihongos. También puedes preparar tés de la hoja de esta hierba.

* Leche de Cardo o Abrojo (Silybum marinum)
El extracto de semilla estandarizada, de 80 a 160 mg de dos a tres veces al día, para la salud del hígado.

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