domingo, 24 de noviembre de 2013

William Burroughs al desnudo.

Por Andrés Hax. Revista Ñ 22/NOV/2013


 I
Si le mostráramos a una persona joven de hoy una foto de William Burroughs (1914-1997) cuando tenía 50 o 60 años, y le preguntáramos '¿a qué le dedicó la vida este sujeto?', es probable que el joven diga que Burroughs fue un banquero o un contador. O, si fuera una persona más sensible, le miraría los ojos y el rostro a Burroughs y percibiría algún misterio, tal vez algo un poco siniestro. Podría adivinar entonces que Burroughs es un cirujano algo perverso o tal vez hasta un agente secreto de la FBI especializado en algún sórdido submundo delictivo.

Puede parecer frívolo comenzar este breve artículo biográfico de uno de los escritores más audaces, escatológicos y contraculturales de las letras estadounidenses (sus detractores dirían pornográfico e inmoral) fijándose en su apariencia. Pero no lo es. Es una primera clave para entender a Burroughs, que en algún momento durante su juventud, en México, fue conocido como "El hombre invisible". Burroughs es como un chamán disfrazado de banquero, robándole a Ted Hughes la frase que usó para describir a T.S. Eliot. Entonces, de las adivinanzas de nuestro hipotético joven la de "agente secreto" hubiera sido la más acertada. William Burroughs fue un especie de agente secreto: su obra es un informe sobre sus viajes en un mundo fantasmal y perverso donde la condición del hombre está definida por sus adicciones (tanto al poder como a las drogas) y donde nuestra especie está en proceso de mutación hacía otra forma poshumana.

Para ser más claros, vamos a citar unos ejemplos del mundo que Burroughs trajo a la luz de su colección de cuentos y bocetos autobiográficos coleccionados en el libro Interzone (1989):

"Cuando me convertí en el capitán del pueblo decidí dar asilo a ciertos ciudadanos que eran persona non grata en otros lugares del área por sus deformidades repugnantes e inquietantes.

Una se conocía como Ana del Culo Extra. Tenía un ano auxiliar en la mitad de su frente, como un funesto ojo de bronce. Otro era un escorpión desde el cuello para abajo. Había mantenido el atributo humano de la voz y fue dado a paroxismos de autopadecimiento y revulsión consigo mismo durante los cuales amenazaba con matarse picándose a sí mismo en el cuello. Nunca amenazaba a ninguna otra persona aunque su picadura le hubiera causado una muerte instantánea."

Lo grotesco nunca es gratuito en el mundo de Burroughs. Sus monstruos tienen un porqué. En el mismo libro, el álter ego de Burroughs, William Lee, escribe:

"Se me acaba el dinero. Tengo que liberarme del hábito [de la droga].

¿Qué estoy intentando hacer con lo que escribo? Esta novela es sobre transiciones, formas larvales, facultades telepáticas emergentes, intentos de controlar y asfixiar nuevas formas.

Siento que hay una espantosa nueva fuerza en el mundo como una enfermedad paulatina, que se desparrama como una plaga. Lugares más remotos del mundo parecen estar en mejores condiciones, porque no están tocados por la enfermedad. Control, burocracia, regimentación, estos son meramente síntomas de una enfermedad más profunda que ningún sistema político o económico puede tocar. ¿Qué es la enfermedad en sí misma?"

Y siempre, por más paranoico, desenfrenado o grotesco que parezca el mundo de Burroughs, toda su escritura está motivada por una búsqueda personal.

"¿Cuál fue el comienzo? Desde mi primera infancia había estado buscando un secreto, alguna clave con la cual podría acceder a un conocimiento básico y contestar algunas preguntas fundamentales. Pero exactamente lo que buscaba, o qué quería decir con conocimiento básico y preguntas fundamentales, me resultaba difícil definir. Perseguía un camino de pistas. Por ejemplo, el placer de las drogas para un adicto es el alivio del estado de la necesidad de drogas. Tal vez todo placer es alivio y podría ser expresado por una formula básica. El placer tendría que ser proporcional a la incomodidad o tensión del cual es un alivio".

II.

Burroughs nació en una familia acomodada de St. Louis, Missouri. Su abuelo había sido el inventor del Burroughs Adding Machine, una de las primeras calculadoras comerciales. Tras una infancia y niñez sin grandes sobresaltos, aunque con el claro despertar de su homosexualidad, luego asistió a la universidad de Harvard, donde estudió literatura porque no había otra cosa que le llamara la atención. Tras recibirse, comenzó un camino aleatorio hacia la escritura: pasaría por varias ocupaciones como estudiante de medicina en Viena, fumigador en Chicago, y un fracasado intento de ser soldado y luchar en la Segunda Guerra Mundial. Durante todo este tiempo, y por las primeras décadas de su vida como adulto, recibía un mensualidad de sus padres de 200 dólares. Más que suficiente, en esa época, para poder vivir sin preocuparse por establecerse en una profesión, pero no tanto como para poder convertirse en un dandy absoluto.

A principios de los años 40 Burroughs vivía en Manhattan y conoció a Jack Kerouac y Allan Ginsberg, entre otros, y se convirtió en el hermano mayor del movimiento Beat (en la novela En el camino de Kerouac, Burroughs figura como el personaje Old Bull Lee). Burroughs era unos cinco años mayor que sus amigos y aunque los alentaba en sus ambiciones poéticas y novelísticas, él aun no pensaba en sí mismo como escritor. Por el contrario, entró deliberadamente en un submundo semi-delictivo y se hizo adicto a la heroína, conocida en toda su obra como: Junk.

Burroughs ha dicho que el evento que lo convirtió en escritor fue el asesinato accidental de su esposa Joan Vollmer. La leyenda cuenta que estaba en México jugando con ella a Guillermo Tell, pero Burroughs ha desmentido esta versión en varias ocasiones diciendo que estaba meramente limpiando su arma cuando se descargó accidentalmente, matando a Vollmer (con quien Burroughs tenía un hijo). Sea como fuera, lo que Burroughs dijo en varias ocasiones --tanto en entrevistas, como en su escritura-- es que en ese momento fue poseído por un espíritu maléfico. Y que a partir de ese momento su escritura fue un intento de exorcizar ese demonio.

Los primeros libros de Burroughs fueron novelizaciones realistas de sus experiencias. En Junky, su primera novela, cuenta casi a la manera del realismo sucio, sus experiencias como adicto. Ésta fue publicada en 1953 bajo el seudónimo de William Lee en un sello clase B y con el subtítulo (no de Burroughs) "Confesiones de un adicto a la droga sin redimir". Su novela Queer, escrita a principios de los 50, no fue publicada hasta 1985 por la franqueza con la que retrata los intensos deseos homosexuales de su alter-ego William Lee en la ciudad de México en los años 40.

Burroughs, tras la muerte de Vollmer, dejó a su hijo --también llamado William-- a cargo de sus padres y comenzó un peregrinaje (un paseo inmoral, como diría Gustavo Cerati, por México, Tánger y Londres).

La gran novela de Burroughs --su Moby Dick, su Ulises-- es Naked Lunch o El almuerzo desnudo. Publicada en 1959, cuando Burroughs tenía 45 años, es una narración fragmentaria que está basada en la vida de adicto del autor en México y Tánger.

Sobre escribir esta novela Burroughs dijo: "estuve cagando mi historia educada estadounidense de una vez por todas. Era un catarsis, donde digo las cosas más horripilantes que me pueda imaginar..."

Su amigo Jack Kerouac no solo le tipeó el manuscrito de centenares de páginas sueltas que había escrito en Tánger, sino que también le dio el título. Burroughs explicó: "El título significa exactamente lo que dice: almuerzo desnudo, un momento congelado en el cual cada persona ve lo que está en la punta de cada tenedor".

El libro fue prohibido en Boston por ser obsceno pero en un fallo de la corte suprema del estado de Massachusetts, en 1966, esta prohibición fue revertida en un jucio en Boston mismo. Norman Mailer, declarando a favor de Burroughs dijo:

"William Burroughs es, en mi opinión --más allá de su intención conciente-- un escritor religioso. Hay una sensación en El almuerzo desnudo de la destrucción de un alma que es mucho más intensa que cualquiera que he encontrado en cualquier otra novela moderna. Es una visión sobre cómo funcionaría la humanidad si estuviera totalmente divorciada de la eternidad..."

Tras El almuerzo desnudo, Burroughs comenzó a escribir con la ayuda de un procedimiento llamado la técnica cut-up que inventó junto con su amigo, el pintor Brion Gysin. Consiste en cortar textos y crear combinaciones aleatorias para descubrir nuevas intuiciones. En sus últimas obras literarias --son una trilogía de novelas que combinan el género de Western y de piratas con las más descabelladas aventuras sexuales y viajes por el tiempo-- abandona la técnica cut-up. Sin embargo, nunca descansó como artista: su última aventura creativa fue la pintura. Creaba cuadros parecidos a los del expresionismo abstracto pegando tiros con una escopeta a tarros de pintura delante de una madera. Y por fin se convirtió en una especie de Santo Secular para cierto grupo de artistas como Patti Smith, Laurie Anderson y Kurt Cobain, que grabó un disco con Burroughs, donde el escritor lee un cuento sobre un cura heroinómano y Cobain improvisa ruido en su guitarra eléctrica.

III.

Burroghs pertenece al tipo de escritores que escriben bien porque no tienen otra opción. Dijo de su vocación:

"Hasta la edad de 35, cunado escribí Junky, tenía un particular aborrecimiento hacia la escritura, por mis pensamientos y sentimientos puestos sobre un papel. Ocasionalmente escribía unas frases y luego paraba, abrumado por el asco y algún tipo de horror. En el presente, escribir me resulta una necesidad absoluta y al mismo tiempo tengo la sensación de que mi talento se ha perdido y no lograré nada. Una sensación como el conocimiento del cuerpo de su propia enfermedad que la mente intenta evadir o negar".

Concluimos esta fragmentaria introducción a Burroughs con las palabras de la escritora inglesa Angela Carter:

"El proyecto de Burroughs es hacer frenar el tiempo por un rato. Es una tarea dada más a la religión que a la literatura, y hay formas en las cuales el trabajo de Burroughs de hecho se parece al de otro William, el Blake de la mitología elaborada en los Libros Proféticos. Aunque se tiene que decir que Burroughs es mucho más gracioso".

domingo, 17 de noviembre de 2013

Poniatowska ha muerto


Aquí en México. , tuve una gatita que llevaba su nombre (y me encontré a mí mismo llorando pensando en esa pequeña pérdida), me gusta pensar que Elena Poniatowska, una amante de los gatos (lo sé por su gran amistad con mi querido Monsí), lo habría aprobado.

Y las penas con lecturas son menos. Asi que aprovecharé para retomar las lecturas: La Noche de Tlatelolco, Querido Diego, te abraza Quiela, Lilus Kikus, De noche vienes o Tinísima.
La mejor manerade recordar a mi Poniatowska, es leyendo a Elena.
Elan Aguilar. Writer.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Cocina ayurveda




Los colores dan vida, y en la nutrición aún más. Rojos, amarillos, verdes,
anaranjado. Así se muestra la comida. Esta cromática combinación es la clave
para llevar una vida sana, pues el consumo de frutas, hortalizas y verduras de
diversos colores garantiza una ingesta de alimentos con un adecuado aporte calórico
y una alta cantidad de nutrientes: vitaminas, minerales, fibras y fotoquímicos.

El azul, por ejemplo, ayuda al corazón y el rojo da energía. Es jueves y
en la casa de Yudh Ainh, en Morelos, los alimentos se cocinan bajo una
técnica de autosanación conocida como ayurveda. Un ancestral sistema médico
de la India en el que la combinación de los colores predomina a la hora de comer.
Pero para que cada persona sepa si en su plato debe prevalecer el rojo de los tomates
o el amarillo del mango o las zanahorias es necesario que conozca un poco más de la ayurveda.

Bueno, quien hace 20 años viajó a la India aprendió que para tener una buena
digestión y metabolismo hay que distinguir el tipo de fuerza biológica de cada organismo. A esa energía se la conoce como Doshas. En la ayurveda existen tres:
Vata, compuesto por aire; Pitta por fuego y Kapha por agua/tierra.
La comida también se identifica con estos elementos.

Es decir, que en una persona en la que predominará el fuego, el consumo de alimentos
relacionados con él y su color no deberá excederse. Estas personas deben buscar un equilibrio con los otros elementos y para ello la ingesta de chile debe disminuir y optar por alimentos verdes como la espinaca, lechuga, brócoli o albahaca.

Lo mismo sucede con las otras energías. Yudh Ainh es facilitador ayurvédico en el
Centro Sanación Tierra Viva. Ahí, una vez por mes dicta un taller de esta cocina.
A través de los cursos ayuda a que la gente practique rutinas saludables para equilibrar
su vida emocional, mental y física.

Hoy el menú para el almuerzo es una sopa de lenteja con tostadas y una ensalada  
acompañada de lechuga, tomate y mango. El amarillo de los pedazos del mango
resalta entre el verde de las lechugas y el rojo del tomate. El balance cromático
es saludable. La cocina ayurveda no prohíbe nada, pero su base es el vegetarianismo.

El se encarga de preparar bajo este principio, mensualmente, algunos de los alimentos que
se ofertan en el Centro Sanación Tierra Viva. Ahí hay una tienda en la que se venden productos naturistas, tinturas y varios tipos de suplementos y tes. Yudh Ainh explica que con todos estos elementos, la alimentación ayurvédica se transforma en una dieta sana e interesante, que también da importancia al placer de comer y a la conexión con los alimentos.

 "Enseña a que mires los colores del plato y a que los huelas. Incorpora el olfato al comer, lo cual inicia el ciclo digestivo. Pero también le da una dimensión espiritual, con un sentido de agradecimiento y poniendo una intención en esa comida".

El uso de condimentos y especias no solo tiene como objetivo saborizar la comida,
sino un efecto terapéutico. En su cocina, las semillas de mostaza y comino, el jengibre,
la pimienta y una de sus especias consentidas, el curry, son los protagonistas.

La Organización Mundial de Salud (OMS) reconoció a la ayurveda como un sistema
hindú de medicina holística y natural. La ayurveda considera al ser humano como
una pieza más del universo, el cual tiene su propio ritmo.
Por ello indica que el desayuno debe ser a las 08:00, el almuerzo estaría fijado
entre las 11:00 y las 13:00 y el horario ideal de la cena es entre las 18:00 y las 19:00 hrs.
La idea es que quede tiempo antes de dormir para llegar a la cama con la comida
bastante digerida y tener un buen descanso.

Colores y alimentos

Azules y lilas.  Ayudan al corazón y previenen el cáncer: las berenjenas, moras , arándanos, uvas negras, uvas pasas, ciruelas normales y secas.
Verdes.  Las verduras y las plantas de este color ejercen una función alcalinizadora
en el cuerpo y constituyen una buena fuente de fibra natural: el brócoli, kiwis,
espinacas, apio, pepino...
Blancos.  Son ricos en alicina, un compuesto sulfuroso que ayuda a reducir los
niveles de colesterol: ajo, platano, hongos.
Amarillos y anaranjados.  Ayudan a mantener huesos y dientes fuertes, una
piel saludable y una buena vista, entre ellos: el mango, durazno, naranja,
zanahorias, mandarinas, calabaza, piña, papaya, entre otros.
Rojos.  Son los alimentos que mayor energía aportan. Las frutas de este color
como: cerezas,  frambuesas y las fresas aportan vitamina C. El tomate contiene
 licopeno, una substancia que previene el cáncer.