martes, 30 de octubre de 2012

Fernando Savater

De Diario El País, Uruguay. 30/10/2012



 El prolífico escritor, activista y filósofo español Fernando Savater llegó de visita a Uruguay, para realizar, entre otras actividades, una charla sobre los enemigos de la democracia.
Según se supo, accedió a una agenda bastante intensa, pero con la condición de ser respetado en su siesta. Invitado por el Partido Independiente, en conmemoración al 10° aniversario del mismo, pasó el domingo en San José, en el marco de la Feria del Libro, y ayer se presentó en la Torre de los Profesionales, para dar una charla sobre la democracia actual.
Consultado sobre si está vinculado políticamente al Partido Independiente, respondió: "No, lo que pasa es que Pablo Mieres se puso en contacto conmigo, porque él había estado de alguna manera vinculado al partido Unión, Progreso, Democracia, del que yo soy miembro en España. Y a él le pareció interesante que yo pudiera hacer una charla sobre temas de política y demás".
  
- ¿Ve que América Latina va por buen camino?
- En general América Latina no se puede ver, se la ve por países, distintos unos a otros, y hay que verlos según las circunstancias de cada uno de ellos. Hay países que creo que van por una senda mucho mejor, y otros que todavía tienen algunos fantasmas del pasado, como los problemas que tienen los gobernantes con la prensa: eso me preocupa mucho. Hay bastantes caso preocupantes, en Ecuador, en Venezuela, no digamos en Argentina. Y también la potenciación de la educación, que es una problemática en todos los países, aunque no solo de América Latina.
- ¿Y qué le parece la gestión de Mujica?
- No conozco al detalle la gestión de Mujica, pero la verdad es que tengo mucha simpatía personal por él. Un gobernante así, en una época de personalidades arrogantes y prepotentes, que quieren aparentar más de lo que son. Él es una persona que se muestra a un nivel mucho más humano y parece más cuerdo que muchos otros gobernantes.
- ¿Percibe algunos síntomas de recuperación en España, como algunos quieren ver?
- No, desgraciadamente todavía no. España está francamente mal, con problemas económicos pero también sociales, como la cohesión territorial. Las tendencias separatistas son una enfermedad oportunista, que ataca a los cuerpos más débiles. Entonces, cuando el Estado está débil, aparecen con más fuerza esas fuerzas antisolidarias y desleales. No es una buena época: desde el comienzo de la democracia nunca habíamos estado tan mal.
- La monarquía española tampoco está en un buen momento...
- Es verdad, tampoco es un buen momento para la monarquía. Como todo el mundo sabe, ha habido dos o tres, yo no los llamaría escándalos, pero sí incidentes, que han roto, o al menos no han colaborado a mejorar la imagen de la monarquía. Por una parte hay quien quiere que la monarquía intervenga de manera un poco más clara en la política, mientras que para otros, cualquier intervención es vista con mucho recelo, principalmente por los políticos. No es una buena época. Yo creo que a pesar de que el príncipe Felipe es una persona valiosa, y podría ser un buen heredero, pero no sé qué es lo que va a heredar, no sé qué país va a heredar.
- Ese episodio de caza mayor del rey Juan Carlos, tan comentado, ¿lo considera significativo o fue una chicana?
- Sobre todo fue una cosa inoportuna: probablemente en otra época, en otro momento, o en otras circunstancias, no hubiera causado ese efecto que causó. Pero en una época en la que el país está tan mal, y el Rey había dicho unas declaraciones sobre que estaba preocupado, esa jornada de caza, lejana, y con aquellos incidentes, pues no colabora ni mucho menos a mejorar la imagen. Pero creo que es un episodio a superar y olvidar, porque precisamente no aporta nada bueno.
- La prensa de su país también vive un momento difícil...
- Sí, las empresas están teniendo graves problemas, y los periódicos están siendo zarandeados también por la crisis, con ajustes de personal muy severos y reducciones de todo tipo. Y con la incertidumbre de no saber cuál será el futuro de la prensa de papel. Son muchos elementos que no contribuyen a la serenidad, a la tranquilidad, y naturalmente la prensa procura informar lo mejor posible, pero no son circunstancias favorables.
- ¿Cómo le gusta definirse a sí mismo? ¿Como humanista, ensayista, novelista, filósofo?
- Como un lector, que es lo que empecé a hacer al principio de mi vida, y de lo único que no me he jubilado todavía. Y luego soy un escritor: por afinidad, lo que me causaba gran placer, que era leer, empecé a escribir. También he dado clases durante 40 años, pero esa etapa ya la cerré y ahora me dedico a escribir, y a comunicarme con mis lectores.
- ¿En qué ámbito siente que ha hecho mayores aportes?
- Hombre, creo que en el terreno de la educación. Creo que he llamado la atención sobre la importancia de la educación y sobre algunos de los temas fundamentales ligados a ella. En fin, me hago la ilusión de haber contribuido en algo en ese terreno.
- ¿Con cuál de las tradiciones españolas que van desapareciendo usted se siente más afín?
- Yo no soy muy de las tradiciones, pero la tradición española que más me gusta y a la que más he sido fiel es la siesta, que ha ido desapareciendo. Creo que soy el único español que sigue predicando la siesta, porque en España ahora ya tienen los horarios europeos. Me parece que voy a ser el último, y quisiera que pusieran en mi epitafio: fue el último que defendió la siesta.
- ¿Y en qué se siente usted netamente vasco?
- Yo soy donostiarra, soy de San Sebastián, y amo mucho mi ciudad, me gusta, me encuentro allí especialmente bien, me produce un gran placer estético. Eso siempre se dice de la gente de mi tierra, y creo que eso, y el buen apetito, son de mis rasgos más identitarios.
- ¿Cuál es su mayor enemigo?
- En mí, a veces la pereza, o el desánimo, cuando ya uno no tienen las obligaciones laborales concretas, y cuando las circunstancias tampoco son adversas, uno se deja atrapar por eso, que lo hagan los demás. Como que uno ya hizo suficiente, no querer hacer nada más. O sea, la tendencia un poco a tirar la toalla, por así decirlo. Es uno de mis defectos, aunque en realidad no me aqueja ni en forma constante ni mayoritariamente, pero a veces me viene y me preocupa, porque yo antes no tenía estos arrebatos.
- ¿Y su mayor virtud?
- Eso lo deberían hablarlo otros. Yo creo que soy una persona bastante generosa, con mi tiempo, con mi palabra. Pero a lo mejor son ilusiones que me hago.
- ¿Y su mejor libro?
- Ya sabe que los autores somos como los padres: el hijo tonto, el que nadie quiere, es el que más nos gusta. Pero bueno, hay algunos libros que estoy un poco menos contento que otros. Entre los ensayos, Las preguntas de la vida: creo que es el que mejor responde a lo que yo quería hacer. Y en cuanto a novelas, esta última, Los invitados de la princesa, creo que es con la que estoy más satisfecho.
- ¿Y ahora está escribiendo algo?
- Ahora no, estoy tratando de vender lo que he escrito, que es más difícil, porque estamos en una época en la que lo más difícil no es escribir un libro sino vender lo que uno ha escrito. Entonces estoy un poco en esa fase.
- ¿Qué es lo que más conserva de la educación que le dieron sus padres?
- Prácticamente lo fundamental: mi madre era maestra, la que me compraba los libros, la que me transmitió la pasión por la lectura. Y mi padre, con el que estábamos juntos fundamentalmente los fines de semana, me llevaba a las carreras de caballos, desde los cinco años. De modo que las grandes aficiones de mi vida, que son la lectura y los caballos de carrera, se las debo una a cada uno. Son las dos pasiones de mi vida, o sea que siempre he estado muy en deuda con ellos.
"Las tendencias separatistas son una enfermedad oportunista, que ataca a los cuerpos más débiles".

"Los invitados de la princesa", la última ficción de un filósofo de la literatura

Desde sus primeros libros, que dio a conocer allá a principios de la década del 70, Fernando Savater no ha parado de escribir y publicar. Hoy la lista de sus títulos en enorme y abarca muy diversas áreas, aunque él, con modestia, reconoce que sobre algunos temas nunca ha escrito, como ser los asuntos científicos.
Uno de sus flamantes trabajos es la novela Los invitados de la princesa (Espasa, 2012), que parte del enclaustramiento fortuito que padece un grupo de congresistas en una isla, cuando entra en erupción un volcán.
El premiado libro busca ofrecer un homenaje a los libros, a lo que suma reflexiones sobre la literatura y, concretamente, sobre el género negro.
También el autor invita a reflexionar una vez más sobre los grandes tópicos de la literatura, como la muerte, el amor, la verdad y la propia existencia. Pero no se queda ahí, y además habla de los nacionalismos, la educación, la ciencia, internet, la filosofía, la política, la religión o la xenofobia, todo a través de las diferentes historias que los asistentes al Congreso relatarán al personaje protagonista.
Irónico, crítico, Savater traza así una lúcida y gran parodia, en la que la isla se convierte en reflejo del mundo actual. Un asesinato, un periodista que se enamora de la mujer equivocada, o una madre preocupada por la adicción de su hija a internet, son algunos de los hilos de su nutrida trama.

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