sábado, 27 de abril de 2013

Si no crecemos no podremos saldar deudas

New York Times / 20 de abril 2013

Europa podría aprender mucho de México.

Países que no pueden crecer no pueden saldar su deuda.
Me encontraba en la Ciudad de México en el verano de 1981, recién egresado de la secundaria, cuando José López Portillo, entonces presidente de México, anunció que defendería al peso “como un perro” contra los ataques especulativos.
OMAR TORRES/AGENCE FRANCE-PRESSE Nicholas Brady (izq.) con el presidente mexicano Carlos Salinas (der.), y su Secretario de Hacienda, Pedro Aspe, en 1990.
  Despidió al director de la paraestatal petrolera Pemex por haberse atrevido a reducir el precio del crudo mexicano al tiempo que el petróleo se desplomaba en los mercados internacionales. Congeló las cuentas en dólares en los bancos locales para contener la fuga de capitales.
Sin embargo, en 1982, los intereses de la deuda externa absorbieron casi dos terceras partes de los ingresos por exportaciones del país, la moneda mexicana empezó a desplomarse, y el secretario de Hacienda de México viajó a Washington para anunciar que México no podía cumplir con sus pagos a los bancos estadounidenses y de otros países.
Cambie unos cuantos detalles y el México de los 80 se parece mucho a la mayoría de los países del sur de Europa de la actualidad. La toma de decisiones europea durante la crisis de los últimos años también comparte algo de la naturaleza errática de la política mexicana durante el mandato del presidente López Portillo.
Sin embargo, si acaso hay una lección abrumadora para Europa en la crisis de deuda que azotó duramente a México y a otros países latinoamericanos hace tres décadas, ésta es que los países que no pueden crecer no pagarán. También depende de los acreedores permitirles crecer. A México y a sus prestamistas les tomó siete años darse cuenta de eso. La crisis europea está en su quinto año. Europa podría haber aprendido algo a estas alturas, mas no es así.
Los mexicanos recuerdan lo que sucedió como la “década perdida”. Miguel de la Madrid, quien tomó posesión como presidente el siguiente diciembre, prometió grandes recortes al presupuesto a cambio de créditos puente y de reprogramar los pagos de la deuda.
Eso no funcionó, de manera que México hizo un nuevo trato, obteniendo nuevos préstamos de bancos comerciales, de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional, a cambio de recortar los empleos y los subsidios del gobierno, de vender compañías paraestatales y de abrir el país al comercio exterior.
A pesar de la austeridad obligada, la deuda externa de México en 1988 todavía representaba el 56,5 por ciento del Producto Interno Bruto, más de lo que era seis años antes.
Esto debe sonar conocido para los desempleados de Europa. Es, de hecho, mucho peor ahí. La economía griega se ha contraído más de un 20 por ciento durante los últimos cinco años. La deuda del gobierno asciende aproximadamente a un 170 por ciento de la economía; era del 100 por ciento cuando empezó la crisis. Las economías de Irlanda, Portugal, España e Italia también son más pequeñas que hace cinco años. La carga de su deuda es más pesada. Y sin embargo, los líderes europeos insisten en que la solución debe ser más de lo mismo.
Los acreedores de México finalmente dieron un giro de 180 grados. Ante el prospecto de una inminente moratoria de pagos mexicana, que podría haber hundido a algunos grandes bancos estadounidenses, Nicholas Brady, entonces nuevo secretario del Tesoro, preparó un plan para que los bancos redujeran las deudas de México en forma “voluntaria”. “El problema era demasiada deuda”, me dijo Brady. “La solución para tanta deuda no es más deuda”.
En 1990, el gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari concluyó el trato. Impulsados por el Departamento del Tesoro y el Fondo Monetario Internacional, los bancos intercambiaron antigua deuda mexicana por bonos Brady respaldados por obligaciones de deuda estadounidense que ofrecían una reducción en el capital, tasas de interés por abajo del mercado o dinero nuevo. La economía de México se expandió un 4 por ciento, el crecimiento más sólido desde 1981.
Los partidarios de la austeridad probablemente notarán que los años difíciles sembraron algunas de las semillas de la recuperación de México. Los banqueros enfatizarán que el paquete de la reducción absoluta de la deuda de México fue pequeño, mucho menor del aproximadamente 50 por ciento ya concedido a Grecia. Los economistas señalarán que México tuvo cierto grado de libertad que no tiene ningún miembro de la zona del euro: pudo devaluar su moneda para ganar competitividad en las exportaciones.
Sin embargo, el plan Brady fue un ingrediente crucial. No solamente redujo los costos de los intereses de México, sino que también produjo una inyección de confianza que impulsó a la baja las tasas de interés locales y mantuvo a flote al peso, reduciendo la carga de la deuda externa. Esto provocó que los capitales fugados regresaran al país y se desatara un auge de inversión.
En un discurso hace casi tres años, Brady se preguntó si algo como el plan Brady funcionaría en estos momentos. “No estoy seguro”, respondió. “El nivel de cooperación que he descrito no sucede por casualidad, o fácilmente”.

viernes, 26 de abril de 2013

Mujeres que callan


24 abril 2013 Daily Mail.

“El peor error de mi vida fue haber tenido hijos”: Isabella Dutton


“Lo escuché moverse y al mirar su cara redonda, no sentí ningún vínculo. Ningún sentimiento cálido de afecto materno me invadió. Me sentí completamente desligada de este ser extraño que había invadido mi estable relación matrimonial y la cambiaría para siempre, para lo peor.”  Relata Isabella Dutton, una arrepentida madre británica, acerca de sus sentimientos después de dar a luz.

Se dice que el amor maternal es una sensación innata a la naturaleza de las mujeres. Aún cuando una mujer dice no estar preparada para ser madre, los familiares y amigos afirman que esa es una sensación pasajera que posteriormente da espacio a un amor infinito por los hijos.

Sin embargo, ese no es el caso de Isabella, de 57 años, quien afirma no haber experimentado ese tipo de amor por ninguno de sus dos hijos. Dutton afirma que el peor error de su vida fue haberlos tenido: “como parásitos, mis dos hijos tomaron todo de mí, sin dar nada significativo en retorno”, dice.

Es paradójico que después de haber traído un hijo al mundo, Dutton haya decidido tener un segundo: “pienso que es absolutamente egoísta tener uno solo”, indica en su relato.

Además de drenar sus finanzas, Dutton afirma que lo que más valoraba en su vida era tener tiempo para sí misma, para reflexionar, leer y disfrutar de su propia compañía y tranquilidad. “Y de repente, esa paz y tranquilidad no estaba ahí. Había dos intrusos. Y nunca recuperé esa paz”, indica la arrepentida madre.

La misma Isabella no sabe por qué tiene esos sentimientos. Indica que creció en una familia feliz, con padres amorosos y otros cuatro hermanos.  Afirma haber tenido una infancia normal, jugó con muñecas y tuvo una sana relación con su madre. “Sin embargo, no recuerdo haber pensado o desear alguna vez el ser madre”.

Según Dora Maya, psicóloga, presidente y CEO de la institución Arden Shore con sede en Waukegan, Illinois, esta última confesión es clave para entender sus sentimientos, porque muestra que nunca estuvo en sus planes de vida tener hijos: “Sus hijos son fruto de una obligación, de no haber podido escoger lo que quería en su vida”, dice Maya.

Isabella es consciente de que sus sinceras palabras no iban a caer bien en la opinión pública: “sé que millones van a considerarme como alguien con sangre fría y contranatural, pero creo que también debe haber muchos que secretamente sienten lo mismo”. De hecho, varias personas han comentado su confesión, tildándola de egoísta.

Al respecto, Maya afirma que ese rechazo a las ideas de Dutton tiene su raíz en el papel que la sociedad le ha asignado a las mujeres. “Además de estar predispuestas genéticamente a tener hijos, la sociedad refuerza esa responsabilidad, pero la realidad es que muchas mujeres no quieren tener hijos”.

miércoles, 17 de abril de 2013

El problema de la "salud mental" en México.



"Existen más de cuarenta Universidades en el municipio de Cuernavaca y su zona conurbada,  
dicho sistema educativo debiera ser el sustento de un dinámico mercado del libro,
  sin contar los estudiantes de preparatoria o sus equivalentes. Pero no es así, no son demandantes sistemáticos de libros;
en otras palabras, el número de lectores habituales en el estado de Morelos es una cifra extremadamente reducida.
 Somos un estado donde no se lee." 



Actualmente la mayoría de los habitantes adultos del país saben leer y escribir. Eso da una cifra de decenas de millones de personas; tan solo en educación superior existen actualmente casi dos millones de estudiantes. Sin embargo los tirajes de las principales publicaciones son de unos cuantos miles de ejemplares. Ni periódicos, ni revistas, mucho menos libros se editan en un número de ejemplares cercano al de los millones de mexicanos que saben leer y escribir. Se estima que unos doce millones de personas en el país compran diarios, revistas, fotonovelas o historietas, en cambio “...hay apenas poco más de medio millón de compradores de libros” y las ediciones de las obras de nuestros autores más consagrados suman unos cuantos miles de ejemplares. Es tal la penuria del número de lectores habituales en el país, que se sabe no llegan a cinco los escritores nacionales que viven de su obra, y ello sucede más por regalías y derechos de las traducciones o adaptaciones a otros géneros artísticos, que por las ventas de sus originales en el interior del país. Los datos anotados nos dan una precisa idea de que en el país los lectores habituales son una cifra muy reducida.
Pero, qué es un lector habitual. Es aquel que tiene la costumbre de leer un texto más o
menos largo, de páginas completas, en lugar de las frases elementales de los globitos, donde no hay espacio para profundizar en las ideas, en la información o naturaleza de los personajes. Como acertadamente afirma Felipe Garrido: “Quien está tan acostumbrado a
leer sólo fotonovelas, historietas y otras publicaciones por el estilo, que no puede leer textos más extensos y complicados, en realidad nunca ha aprendido a leer de a de veras.
Se pregunta este autor “¿Quién es un lector auténtico? En primer lugar, es alguien que lee por voluntad propia, porque sabe que leyendo puede encontrar respuestas a sus necesidades de información, de capacitación, de formación, y también por el puro gusto, por el puro placer de leer”. En otros términos, significa que se ha descubierto que la lectura es una parte importante de la vida, que la lectura es una fuente de experiencias, emociones y afectos; que puede consolarnos, darnos energías, inspirarnos. Significa que se ha descubierto el enorme poder de evocación que tiene la lectura. “Que alguien lea por puro gusto, por el placer de leer, es la prueba definitiva de que realmente es un buen lector, de que tiene la afición de leer”. 
Nuestro país tiene uno de los sistemas educativos más grandes del mundo. Los alrededor de 31 millones de estudiantes con que cuenta actualmente significan más que la totalidad
de habitantes de cada uno de los países latinoamericanos, salvo Brasil y Argentina. Tan
grande sistema educativo debiera ser el sustento de un dinámico mercado del libro mexicano, al menos los casi cinco millones de estudiantes de preparatoria y universidad (o sus equivalentes). Pero no es así, ni siquiera el cuantioso número de estudiantes en educación superior, o tan siquiera el importante número de profesores de Instituciones de Educación Superior, que suman casi 200 000 profesores son demandantes sistemáticos de libros; en otras palabras, el número de lectores habituales en el país es una cifra extremadamente reducida. Somos una nación donde no se lee. 
Estas cifras tan altas de personas que cotidianamente tratan con materiales impresos, no adquieren textos nuevos o simplemente no leen habitualmente. Cabe suponer que simplemente no leen o, si lo hacen, es ocasionalmente o sobre impresos publicados en un pasado remoto, en todo caso, no están actualizados y, desde luego, no leen sistemáticamente literatura; no son pues lectores habituales. La mayoría de ellos, inclusive los de educación superior, profesores y estudiantes -en el mejor de los casos- se limitan a consultar sus libros de texto, leen por obligación, o sea que leen mal, sin comprender cabalmente y no obstante su alta escolaridad, no han adquirido el hábito y descubierto el placer de la lectura. En consecuencia, no conocen una de las principales aportaciones de la lectura: abrir nuevos horizontes. No basta leer muchos libros de texto, ni pasar muchos años en la escuela para convertirse en auténticos lectores. Usualmente, desde que se culmina la primaria, la mayoría de los niños no tienen libros ni revistas en su casa. Ni existen condiciones de acceso a bibliotecas donde consultarlos. La mayoría de los mexicanos no están acostumbrados a ver leer a sus padres y, a menudo, en muchos de los hogares, en el mejor de casos, ocasionalmente solo se lee el periódico.
Los educadores y los sociólogos han demostrado que a mayor nivel de ingreso familiar, mayor nivel de capital cultural (capital simbólico en términos de Bourdieu) y, con frecuencia, mayor nivel de escolaridad. A partir de estratos de clase media y niveles superiores, sobre todo cuando se es descendiente de padres con estudios superiores, el acceso a materiales impresos, particularmente libros, resulta más frecuente. Existe una tendencia general en ese sentido, pero no es una ley ineluctable que ocurra de modo inexorable.
Para hacer dinero no se necesitan muchas lecturas. Para muchas otras cosas si, y más valederas e importantes, como veremos en estas líneas. La idea central a destacar ahora es que la mayoría actual de nuestros estudiantes universitarios son la primera generación de su familia que accede a educación superior y, en consecuencia, la mayoría de sus hogares no cuentan con libros, ni existe la sana costumbre de leer. Inician una carrera universitaria en condiciones muy desventajosas para incorporar acervos de cultura que no tuvieron la fortuna de heredar. Son los huérfanos de la lectura. El esfuerzo que deben realizar en relación a condiscípulos más afortunados, es adicional a la de los requerimientos de la carrera que seleccionaron. A marchas forzadas deberán, si son conscientes de sus carencias, incorporar las lecturas que no heredaron. Entonces no solamente necesitarán leer sus libros de texto, sino frecuentar otros géneros de literatura que les pertreche para el ejercicio profesional en mercados de trabajo cada vez más competidos, donde las capacidades de comunicación oral y escrita son más intensamente demandadas.
Estudios serios sobre el desempeño profesional revelan que los profesionales más exitosos, son aquellos que en su ejercicio tienen una alta capacidad de comunicación oral y escrita.
Lo que aquí quiere destacarse es la idea de que pocos estudiantes llegan a leer bien, inclusive sus libros de texto. Muchos pueden repetir oraciones largas de sus libros de texto, memorizar párrafos completos y repetirlos literalmente, pero pocos pueden comprender y sentir lo que leen.
El leer correctamente es más que simplemente recorrer con los ojos las palabras de un texto. Es establecer un vínculo con el texto que involucra al lector intelectual y emocionalmente. Es desarrollar la facultad de comprender y sentir plenamente un escrito, capacidad que se desarrolla a medida que se frecuenta y ejercita la habilidad intelectual de leer, que es algo mucho más complejo que la sencilla alfabetización. El aprender a leer solo se consigue leyendo. No hay otra vía.
En la actualidad nuestros jóvenes tienen una cultura muy ajena a los caminos que conducen a los placeres de la lectura. Pasaron usualmente de una infancia de adicción a la televisión a una adolescencia adicta a la computadora; arribaron a la juventud sin mediaciones de materiales impresos seleccionados por voluntad propia, sus formaciones están conformadas por imágenes, se nutrieron en las pantallas y son, para decirlo en términos de la física, nutrientes de dos dimensiones, planas y chatas. 
En palabras del gran escritor chihuahuense Jesús Gardea, ven el mundo y lo que les rodea como veían los seres vivos de la era cuaternaria, en planos de dos dimensiones. 
Todavía no alcanzan a percibir la profundidad de la realidad y alcanzar a pensar que lo existente tiene tres dimensiones.
Por otra parte, el mundo de imágenes a que están acostumbradas las generaciones actuales, transmitidas por la televisión, internet o el cine, sólo plantean ideas muy elementales, ninguna idea mínimamente elaborada puede explicarse solamente con imágenes, se requiere, obligadamente de palabras, de textos impresos aunque sea en losmonitores o de amplias explicaciones orales que sustituyan los escritos.

Rigoberto Lasso Tiscareno

Fuente: Para leer el ensayo completo La importancia de la lectura 

domingo, 7 de abril de 2013

Brigadas Rojas

Nota publicada en The Guardian por Gethin Chamberlain 6/04/2013



Las mujeres jóvenes durante la caminata de la Brigada Roja a través de la barriada Midiyav en la ciudad de Lucknow. Su líder, Usha Vishwakarma, de 25 años, viste en color blanco. Fotografía: Gethin Chamberlain




El torturador masculino de las mujeres jóvenes de la barriada Madiyav no vio el peligro hasta que fue demasiado tarde. En un momento estaba burlándose de ellas con sugerencias sexuales y provocaciones, y al siguiente lo tenían agarrado de los brazos y las piernas, le habían levantado por el aire.

Entonces comenzó la golpiza. Algunas de las mujeres jóvenes utilizaron sus puños, otras se quitaron los zapatos y le golpearon con ellas. Cuando se acabó, lo dejaron cojeando y directo a la enfermería a sanar sus heridas, seguro de haber aprendido una lección importante: no abuses de tu suerte con las Brigadas Rojas.

Llamadas así por sus trajes de color rojo brillante, las Brigadas Rojas se formaron en noviembre de 2011 como un grupo de autodefensa para las mujeres jóvenes que sufren abusos sexuales en el norte de la ciudad india de Lucknow, a 300 kilómetros al sur-este de Delhi. Estimuladas por la violación y asesinato de una estudiante de medicina de 23 años que vive en Delhi en diciembre pasado y las protestas a nivel nacional que siguieron en contra de la creciente ola de violaciones, y que ahora están ganando en confianza.

A partir de una composición básica de 15 integrantes, con edades comprendidas entre 11 y 25, que ahora tiene más de 100 miembros, inteligentes y atrevidas y con un mensaje simple para los hombres que han hecho de su vida una miseria: que ya no tolerará más abusos, ofensas o cosa peor. Sus actividades son una lección de empoderamiento.

Los hombres que son señalados por las Brigadas Rojas, primero puede esperar una visita y una advertencia. O quizá antes, las Brigadas Rojas pedirán a la policía su participación, pero si lo anterior falla,  toman el asunto en sus propias manos. Su líder, de 25 años de edad, profesora Usha Vishwakarma, tiene su propia experiencia sobre el peligro cotidiano que enfrentan muchos jóvenes en el país. Ella tenía apenas 18 años cuando un compañero profesor trató de violarla. "Él me agarró y me puso las manos alrededor de mí y trató de abrir mi cinturón y los pantalones", dice Usha, sentada en la sala vacía de su pequeña casa de ladrillo. "Pero me salvó mis jeans por ser demasiado estrecho para que se abra, y eso me dio la oportunidad de pelear, así que le dí una patada en la entrepierna que lo empujó hacia abajo y salí corriendo por la puerta."

No hubo nadie en la escuela que le tomara en serio las acusaciones contra su compañero profesor, pidiéndole que ella olvidara el asunto y dejara de causar problemas. La experiencia la dejó traumatizada y durante dos años no hizo nada. Pero poco a poco su confianza regresó. En 2009 creó su propia pequeña escuela para niñas de la localidad en un edificio anexo al lado de su casa familiar. Sin embargo, a su alrededor, dice ella, vio a las mujeres cada vez más jóvenes sufrir el mismo abuso al que se había enfrentado. Y amenazaban con arruinar las posibilidades de estudios de sus estudiantes mujeres jóvenes.

"Los padres les decían a las niñas que permanecieran en sus casas para que no hubiera ningún incidente. Me dijeron: 'si van a la escuela, los niños las molestan, por lo que es mejor quedarse en casa y no habrá violencia sexual'", dice Vishwakarma. "Pero les dije que no, y decidimos formar un grupo para luchar por nosotras mismas. Decidimos que no sólo se denunciaría; Tomaríamos una ventaja y luchar por nosotras mismas." Compraron camisas rojas y pantalones negros y se comenzó a planear la remontada: "Elegimos rojo porque significa peligro y el negro para protestar", dice Vishwakarma.

Hay mucho que luchar en contra. "Es en la mente de los hombres que las niñas son objetos y que ha sido así siempre", dice Vishwakarma. "La religión muestra a las mujeres como muy impotentes y que quien no es fuerte no puede hacer nada."

Otros miembros de grupos en la deriva se han unido a ella, sentadas en la cama junto a una pared de la sala. En el otro extremo de la habitación hay una mesa repleta de pancartas que llevan con ellas cuando salen a la calle para protestar todos los días 29 de cada mes. Las manifestaciones marcan la fecha de la violación y asesinato en el autobús de Delhi, el día 29 de diciembre del 2012. Sus consignas dicen: "Detengan las violaciones" y "Queremos seguridad".

"En la era electrónica hay fotos por todas partes de las mujeres y niñas que son tratadas como objetos sexuales. Ahora es muy fácil ver pornografía y esto alimenta el hambre de sexo. Los hombres piensan que si usted se ve sexy, entonces usted desea el sexo." Dice Vishwakarma.

Han comenzado a entrenar artes marciales para que los hombres no tengan una ventaja física sobre ellas. Pooja, de 18 años de edad, hermana de Vishwakarma, se ríe al recordar la reacción del chico que cogió en la calle cuando sus burlas fueron demasiado. "Todas se detuvieron y dieron la vuelta y le rodearon y tomaron de los brazos y las piernas y él pensó que era una broma, pero no estábamos bromeando y cuatro de nosotras lo levantamos en el aire y las demás empezaron a golpearlo con sus zapatos y puños ", dice Pooja.

La justicia en términos generales de las Brigadas Rojas de hacer justicia por propia mano puede parecer extremo para la sensibilidad occidental, pero muchas mujeres indias están dejando en claro que ya no están dispuestos a soportar el abuso endémico. Todo eso se desprende de las cifras de criminalidad: informes de abuso sexual en Delhi son hasta 590% año sobre año, por violaciones hasta 147%. Los casos de violación han afectado el número de turistas, que se redujeron un 25% en los tres primeros meses del año - 35% menos mujeres están viajando a la India.

La Brigada Roja dicen que el abuso sexual es una parte de la vida cotidiana de las mujeres jóvenes como ellas en la India. Todas ellas tienen historias de abuso, intento de violación y acoso diario. "Esto es lo que sucede en la India", dice de 16 años de edad, Laxmi, una de las lugartenientes de Vishwakarma. "Estas cosas pasan todo el tiempo. Todos sabemos esto, así que no dejes que nadie te haga creer lo contrario. Es por ello que se han formado las Brigadas Rojas."

Diecisiete años Preeti Verma asiente con la cabeza. Su familia es muy pobre para tener un baño en la casa, así que ella tiene que salir al campo, dice. Cada vez que ella salía, un hombre de la casa vecina le lanzaba piedras a ella para tratar de asustarla para que saltara. "Él quería ver mi cuerpo desnudo", dice ella. "Le dije: '¿Qué está usted haciendo, es descarado, ¿no tiene una madre y una hermana en su casa?' Pero él respondió que su madre es para su padre, su hermana es para su esposo y que yo era para él". Ella le dijo a Vishwakarma, y ​​el hombre recibió la visita de las Brigadas Rojas y otro de la policía. Ella ha dejado de tener problemas con él desde entonces.

"Hemos cogido un montón de hombres recientemente", dice de 17 años de edad, Sufia Hashmi. "Me uní porque los hombres siempre hacen comentarios sobre mí y tocan mi cuerpo, pero ahora les ganamos a los hombres y no pueden decir o hacer nada y se van. Te sientes poderosa y se siente bien."

Al día siguiente, se reúnen en el techo de un gimnasio en la ciudad para ejecutar a través de sus movimientos, una mezcla de patadas, puñetazos y tiros. Un instructor Pooja muestra cómo utilizar un palo de madera para mantener a un niño a distancia. Lo sostiene contra la garganta de su asistente, un joven que se ve aterrorizado. El jadea y otras se ríen.

Sin embargo, no son sólo los hombres jóvenes del barrio que la Brigada Roja debe superar. Muchas de los miembros son muy jóvenes y, aunque algunos de sus padres las apoyan, otros padres están convencidos de que están desperdiciando sus vidas. "La actitud de mis padres es muy desmoralizante", dice de 16 años de edad: Simpi Diwari, una diminuta mujer joven que hace unos momentos estaba pateando las piernas de una de sus colegas. "Yo quiero ser como Usha, que lucha contra las crueldades, quiero ser maestra y motivadora, pero yo estoy luchando con mis padres que sólo me permiten salir de la casa con ellos".

En el camino de vuelta al barrio, las rickshaws pasan un parque público y por un momento estas jóvenes duras se muestran como lo que realmente son -los niños obligados a crecer rápido-. Ellas ruegan y suplican para parar. "Por favor, por favor", dicen, con los ojos brillantes de emoción. Gritos alegremente, que la carrera fuera hacia los columpios, toboganes y rotondas. Más tarde, paseo de vuelta a través del mercado, comiendo helados, rumbo a sus hogares. El sol está bajo en el cielo, las sombras del pasado. Los hombres ven mal humor a su paso, como lobos que acaban de descubrir las ovejas que están armadas. Nadie se arriesga a decirles una palabra.